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John Passion - Dunedin Consort - Scherzo

EXCEPTIONAL

Bach in its context

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The historical interpretation of baroque oratorios, in particular Bach's passions and specifically his St John, follows 2 main trends. On the one hand we find a trend that aims to reproduce the original musical conditions; on the other hand, the context under which pieces were heard for the first time. The first of these trends insists in the reduction of forces to the smallest possible; the second, investigates the liturgical customs of the time. At the beginning, end and in betweeen the the parts of this Passion, John Butt has inserted organ pieces and chorales for the congregation, not only by Bach, and you can also listen to a sermon and other pieces online. The capabilities of modern CD players allow the listener to do without these extras. Even then, the impression that the listener will get is that of listening to a something very close to the original listeners/performers.... with the exception that it is very unlikely that Bach had such competent singers to his disposal.

The principal soloists also perform other roles. As the Evangelist, Nicholas Mulroy transmits the most sincere commitment with the gospel; in the arias, the dramatic element acquires a heroic tone in the defeat no less attractive. Clare Wilkinson on the other hand, represents the pious resignation with a combined conscience and rebellion, that reaches its culmination in the contrast of Es ist vollbracht!, and is achieved in between the languid outer parts and the angry section that moves the middle section. Joanne Lunn is the voice of pure innocence; she achieves this without distancing herself at all, but taking to the limit the emotion of Zerfliesse Mein Herze. Finally, Matthew Brook brings nobility and serenity in his two pieces. The four of them coincide in a natural performance that, in addition to the same positive qualities in the choruses, gives us a more complete picture that goes much further than the pure religious contemplation, paying homage to the incredible quality of the music.
Butt's direction is notable in its attention to detail, which receives great help from a recording with a spacious atmosphere and just the right amount of reverb that allows the warmth of the message to arrive without any artifice.

Alfredo Brotons Muñoz

 

Bach en su contexto

EXCEPCIONAL

La interpretación historicista de los oratorios barrocos, más concretamente las Pasiones bachianas y muy especialmente la de San Juan, sigue en lo últimos tiempos dos modas dominantes. Por un lado, se busca reproducir las condicionesmusicales originales; por otro, el contexto en el que las obras se oyeron por vez primera. La primera de estas tendencias insiste en la reducción de los efectivos a la mínima expresión; la segunda, investiga las costumbres litúrgicas de la época. Al comienzo, al final y entre las dos partes de esta Pasión, John Butt ha insertado piezas para órgano y corales para la congregación no sólo del propio Bach, más incluso la opción de obtener por internet un sermón y otras músicas. Las posibilidades de programación de lo actuales reproductores permiten al oyente prescindir de tales añadidos. Aun así, la impresión que obtendrá es la de oír algo muy aproximado a lo que debió de llegar a sus primeros antecesores... con la única salvedad, claro está, de que es muy improbable que Bach contara con cantantes tan competentes.
Los solistas principales vienen a encarnar otros tantos caracteres. Como Evangelista, Nicholas Mulroy transmite compromiso sincero con el relato; en las arias, el dramatismo adquiere un tono de heroísmo de la derrota no menos atractivo. Clare Wilkinson representa en cambio la resignadón piadosa, con una suma de consciencia y rebelión que
encuentra su máxima expresión en el contraste en Est ist vollbracht! consigue entre la lánguidas partes extremas y el arrebato de ira que mueve la central. Joanne Lunn es por su parte la voz de la inocencia pura sin por ello incurrir nunca en el más mínimo distanciamiento, sino llevando hasta el límite de la conmoción en Zerfliesse,
mein Herze. Finalmente, Matthew Brook aporta nobleza y serenidad no menos oportunas en sus do cometidos., Los cuatro coinciden en una impostación natural que, agregándose al realce de los mismos rasgos en lo números corales, acaba de redondear la imagen de conmemoración religiosa mucho más allá, pero sin descuidarlo, del homenaje que se rinde a la estupefaciente calidad de la música.
La dirección de Butt se nota asimismo de una minuciosidad extrema, en lo cual recibe la inestimable ayuda de unas tomas de amplia atmósfera y en el punto justo de reverberación para que la calidez de los mensajes lleguen sin un ápice de artificio.

Alfredo Brotons Muñoz

Scherzo
01 June 2013